La clasificación de la voz, sobretodo en el canto lírico, ha sido un elemento de suma importancia que incluso forma parte de la identidad del cantante.
Las listas de gestión de artistas en las empresas se organizan por la clasificación de la voz. Eso determina qué papeles operísticos se espera que pueda interpretar, así como la técnica de canto que usará para desarrollar su voz. De la misma manera, en consultas de logopedas, foniatras o expertos en la voz, se anota la clasificación de la voz en la parte superior del historial del paciente.
Sin embargo, y a pesar de los grandes avances en la ciencia sobre la voz cantada, los pedagogos más elocuentes aún dependen de características perceptivas -y altamente subjetivas- para determinar si un joven cantante masculino es un barítono o tenor o si una joven cantante es una mezzo-soprano o soprano, por ejemplo.
Consecuencias de una clasificación errónea
Los errores en la clasificación de la voz son el resultado de varios factores, tales como el número de las diferentes variables vocales que intervienen, la falta de un método consensuado entre especialistas, y una tendencia a clasificar las voces demasiado temprano en voces en desarrollo.
Para el cantante, los intentos de cantar en una clasificación inadecuada o impropia pueden arruinar su calidad de voz, además de producir una gran frustración. El cantar en un rango no óptimo está considerado dentro de los factores de un mal uso vocal. La insistencia o persistencia en ello promueve una técnica de canto ineficiente, pudiendo dar lugar al daño vocal.
Cómo se determina la clasificación de las voces
Aunque el rango vocal (tesitura) y el timbre se consideran los principales determinantes para la clasificación de voz, no hay acuerdos en el uso o método estos parámetros para clasificar voces. El rango de un cantante puede medirse fácilmente, estableciendo qué sonidos extremos puede lograr con facilidad, pero la percepción del timbre vocal es un factor altamente subjetivo, pues depende de factores del escucha como su experiencia y sus consideraciones estéticas.
Otro factor subjetivo de la clasificación vocal en cuanto al rango, es determinar en qué momento el cantante se siente cómodo o no al entonar una nota. Depende mucho de su técnica también.
Generalmente se utilizan métodos de clasificación tradicionales, dependientes del oyente y por comparación y analogías de voces, tratando de reducir el riesgo de clasificación errónea.
Por todo ello, una medición objetiva podría beneficiar a muchos profesionales de la voz que deben clasificar voces, como los maestros de canto, los directores corales, o incluso a quienes recopilan información acerca de voces, como patólogos del habla y el lenguaje. Además, una medición objetiva podría ser usada para rastrear cuantitativamente cambios a lo largo del desarrollo de un cantante.
Propuestas para una valoración objetiva
Los primeros intentos de realizar una clasificación de voz objetiva se centraron en encontrar una relación entre la longitud de las cuerdas vocales y el rango vocal. Otra medida que se tomó como un posible indicador de clasificación voz era la estimulación neurológica del músculo esternocleidomastoideo, pero esto fue descartado después.
En un estudio realizado por los investigadores de la voz Cleveland y Sundberg se encontraron diferencias en la presión subglótica entre tres cantantes profesionales con diferentes tipos de voz (bajo, barítono y tenor) sin embargo, no se estableció una relación concreta pues estas diferencias pueden haber sido el resultado de las técnicas de canto individuales.
Esos intentos que involucraban sólo el uso fisiológico y morfológico en la clasificación voz no fueron del todo exitosos y tampoco serían fáciles de implementar para un profesor de canto.
Sucede también que la nota central de rango fisiológico (voz hablada) no tiene una fuerte correlación con la clasificación de voz. Esto sugiere que la clasificación de voz es, en parte, el resultado de entrenar y no es una característica innata. También sugiere que el rango vocal no es una buena herramienta para clasificar voces o cantantes que no han entrenado o aún no han desarrollado completamente su canto y sus rangos fisiológicos no serían una buena indicación de su clasificación.
Es posible que el rango cantado sea la diferencia primaria entre la clasificación de voces mayores (bajos, barítonos, tenores, altos, mezzos y sopranos), mientras que las diferencias en timbres reflejan divisiones adicionales dentro de las clasificaciones de voz, como se describen en más sistemas complejos, tales como el sistema Fach alemán.
Siempre se pensó que la longitud de las cuerdas vocales debe tener consecuencias en la categoría de voz. Para una presión subglótica dada, una glotis (el espacio entre las cuerdas vocales) amplia debe permitir una mayor cantidad de flujo de aire cuando se abre que una más pequeña. Grandes amplitudes de los pulsos de aire trasglotal generan una fuerte voz fundamental. Por lo tanto, a una frecuencia dada fundamental, un cantante con mayores pliegues vocales generará fundamentales más fuertes que un cantante con pliegues vocales más cortos. Esto debería contribuir a las diferencias tímbricas entre clasificaciones de la voz cantada.
Sin embargo, es muy complicado medir la longitud de las cuerdas o pliegues vocales.
Algunos investigadores como Kahane, Hirano et al, y Friedrich y Kainz han medido la longitud de las cuerdas vocales en cadáveres. Sin embargo, este método parece bastante arriesgado debido a la pérdida de la tensión del tejido y el secado, y la inyección de formalina implica el encogimiento de los tejidos. Eckel y Sittel analizaron cadáveres frescos y encontraron una longitud media de la pars membranacea de 13,2 mm (N = 12) en los hombres adultos y 10,6 mm para mujeres adultas (n = 8). También se han hecho intentos para medir la longitud de las cuerdas vocales en sujetos vivos. Trendelenburg probó un método estereoscópico, que, sin embargo fue criticado por Flach et al.
Hollien, Sawashima et al, y Harries et al usaron ultrasonido, mientras que Schuberth et al y Schuter et al utilizaron una técnica láser. Su et al midieron la longitud de las cuerdas vocales de 165 sujetos por medio de microlaringoscopia durante anestesia y encontraron una diferencia significativa entre hombres y mujeres.
También se han utilizado los rayos X para la medición de las cuerdas vocales. Sus datos se refieren a hitos cuidadosamente definidos pero se recogieron durante la fonación. Como se ha señalado por varios autores, la longitud de las cuerdas vocales varía con la frecuencia fundamental de la fonación, porque la masa de las cuerdas vocales por unidad de longitud es el factor decisivo.
Dicho factor es controlado por el estiramiento de las cuerdas vocales, es decir, mediante la variación de su longitud. Así, las frecuencias altas se producen con cuerdas vocales estiradas, sin embargo también sucede un estiramiento de las cuerdas durante la respiración sin fonación y eso dificulta su medición precisa.
¿Existe alguna característica acústica medible que se pueda relacionar con la clasificación de voz?
Debido a las dificultades con procesos invasivos, como los mencionados, los investigadores se dieron a la tarea de localizar algún parámetro o parámetros objetivos, medibles u observables acústicamente, que pueden relacionarse con la clasificación vocal.
Dos voces diferentes, aunque emitan el mismo tono o nota musical con la misma intensidad, se distinguen entre sí debido al timbre.
El timbre de voz tiene características espectrales (por ejemplo pendiente espectral y frecuencias formantes) y características temporales (por ejemplo, el tiempo de inicio, el vibrato, velocidad y extensión y el desplazamiento en el tiempo).
La influencia del timbre de voz en la clasificación de cantantes se ha investigado a través de análisis de información espectral, más particularmente, de frecuencias formantes. De hecho, Cleveland menciona que un cantante tiene una característica de timbre el cual es una función de la fuente de Voz (laringe) y las resonancias del tracto vocal.
Experimentos realizados por Cleveland y Sundberg han prestado apoyo a la idea de que la percepción de categoría vocal está más relacionada con las frecuencias formantes que con diferencias en la fuente de voz.
Se ha encontrado que la frecuencia central del clúster de formantes F3, F4 y F5 "formante del cantante" tiene una alta correlación con la clasificación de cantantes, y que mientras más alta es dicha frecuencia, más alto es el tipo de voz. El promedio más alto fue de contraltos (3 kHz), mientras que para los tenores, barítonos y bajos, los promedios fueron 2,84, 2,55, y 2,42 kHz, respectivamente.
En la voz Soprano no se encuentra normalmente la formante del cantante, por lo que no se puede encontrar esta medida en este tipo de voz.
Berndtsson y Sundberg proporcionan mayor apoyo a dicho parámetro. Ellos encontraron que la frecuencia central de formante del cantante se relaciona con la percepción de la categoría de voz porque depende de la longitud del tracto vocal.
En otras palabras, la longitud del tracto vocal en la voz cantada, independientemente de la laringe, es uno de los indicadores fisiológicos primarios de la categoría de la voz, y la frecuencia central de resonancia está relacionada con dicha longitud.
Por supuesto, existen otros factores que influyen en la percepción de diferentes categorías o clasificaciones de voz, sin embargo la frecuencia central de la "formante del cantante" puede interactuar para obtener un juicio más certero.
¿Evocanto podría ser una herramienta útil para la clasificación vocal?
Sí, lo es. Ya que en Evocanto puedes observar cómo interaccionan las frecuencias formantes de tu voz, por lo que puedes determinar si tu voz es aguda o grave, además de si estás cantando en un registro grave, medio o agudo, así como determinar si el timbre de tu voz es oscuro o claro.